Tratamientos aplicados contra el ébola

La denominación ébola proviene del río Ébola (en la República Democrática del Congo, antiguo Zaire), donde la epidemia infecciosa que afecta a los mamíferos fue identificado por primera vez en 1976. Desde el tercer trimestre del 2014 está expandiéndose a nivel internacional como una epidemia -reflejado en la imagen. Aún no se ha confeccionado un antiviral con éxito reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Aunque varias farmacéuricas trabajan en el proyecto, en la labor de desarrollo de sueros y vacunas para combatir la extensión del virus y reducir su alta tasa de mortalidad.

 
Expansión mundial del ébola

Rojo: Casos confirmados/ Naranja: Casos en estudio/ Naranja: con previsión de contagio (según fuentes). Fuente gráfico: www.tuenfermera.net

 

Teresa Romero, auxiliar de enfermería española, es el primer contagio en Europa fuera de la zona cero de extensión del virus. El tratamiento de emergencia aplicado es el suero hiperinmune, a partir de un antiviral experimental (Favipiravir) combinado con un suero inmune al virus infeccioso agudo, extraído de la sangre de una misionera que superó la enfermedad en Liberia.

El suero hiperinmune tiene la funcionalidad de adelantarse a la capacidad de los seres vivos de generar anticuerpos de forma natural. La cantidad de fármaco se inyecta proporcionalmente al grado de contagio. Además, según los doctores especialistas virólogos, en el proceso de aplicación también se debe tener en cuenta cuándo administrar el suero, ya que si la enfermedad está muy avanzada el suero hiperinmune podría no tener los resultados esperados. Para alzar las expectativas de éxito el tratamiento combina suero con antivirales que sí que alcanzarían las células, y consecuentemente, bloquear el virus.

El suero hiperinmune funciona contrarrestando el virus al adelantarse a la capacidad de las personas a generar anticuerpos de forma natural y se administra de forma proporcional al grado de contagio que sufra el paciente. Doctores especialistas virólogos afirman que también se debe tener en cuenta el cuándo se administra el suero, ya que si la enfermedad está muy avanzada, no sólo se encuentra en la sangre, que es donde el suero es efectivo, si no que ya ha invadido otras partes del cuerpo, por lo que el suero hiperinmune podría no tener los resultados esperados. Por ello se combina con antivirales experimentales contra el Ébola, ya que éstos sí que podrían actuar dentro de las células y consecuentemente podrían llegar a bloquear el virus.

Existen otros tratamientos contra esta enfermedad, aunque en todos los casos, se trata de sueros y vacunas en primera fase de experimentación, es decir, que las medicinas están en proceso de prueba que se aplican a huéspedes sanos. La iniciativa trajo críticas cuando la OMS consideró su aprobación, pero era preciso porque el tiempo para combatir el ébola corre en contra.

Hay diferencia entre suero y vacuna, siendo el primero un tratamiento destinado a individuos ya infectados, con el fin de curar el virus; el segundo concepto, tiene la función de prevenir el contagio, obligando al sistema inmunológico a generar anticuerpos de forma autónoma,  antes de la aparición real de la enfermedad.

Actualmente, existe un suero que, aparentemente, aventaja a los demás, según declara la OMS: ZMapp. Éste es un fármaco en fase de prueba que combina tres anticuerpos para actuar directamente contra las células infectadas y favorecer el funcionamiento del sistema inmunológico. La obtención un tratamiento fiable se implica de cinco a ocho años de investigación. Es importante recalcar, que los laboratorios que trabajan en tratamientos contra el Ébola están recibiendo financiación extra para adelantar el proceso y asegurar el correcto funcionamiento de los fármacos definitivos.

Otros fármacos que se están probando, también en fase I de ensayo clínico son: TKM-Ebola, que en este caso es el segundo “preferido” por la OMS, y el BCX4430.

Por otro lado, las vacunas que se están desarrollando, también en la primera fase de ensayos clínicos, son: ChAd-EBO, VSV-EBOV, NIAID/GSK.

El ChAd-EBO está muy valorado porque utiliza una proteína del virus que genera una respuesta inmunitaria contra la enfermedad. La OMS lo cataloga como “prometedor”.