España registra unos 1.000 casos de legionella al año

Realización de análisis de legionellaLa Organización Mundial de la Salud (OMS) recuerda que a la población, a partir de los datos recopilados, que “los sistemas de aire acondicionado no representan la fuente más relevante de contagio por legionelosis”. La principal fuente de contagio se registra en el sistema de agua de los grandes edificios -oficinas, hoteles y hospitales- y en los sistemas de humidificadores -spas, aguas termales, máquina de rocío, etc.

   

La problemática por legionella en España es notoria, pues anualmente se registran alrededor de 1.000 casos, sobre todo en hoteles, hospitales, residencias y balnearios. La prevención es la mejor medida para eliminarla, y para ello se debe concienciar a los directivos de grandes establecimientos de la importancia del correcto mantenimientos de las instalaciones y desinfección, sobre todo en los principales focos de legionella. El Real Decreto 865/2003 obliga a este mantenimiento.

La enfermedad del legionario se presenta en forma de casos esporádicos y de brotes epidémicos. Las instalaciones más proclives a provocarla son torres de refrigeración y sistemas de agua caliente que generen aerosoles en ambientes cerrados, porque la bacteria se contrae por inhalación, nunca por contagio entre personas ni bebiéndola directamente. Los varones de edad avanzada, fumadores o con problemas de pulmón son los más afectados por la bacteria legionella. 

En caso de brote, pueden afectar hasta a un 15% de los expuestos, presentando una tasa de mortalidad en torno al 5%. Es una enfermedad fácil de evitar, siempre que se realicen el correcto mantenimiento técnico de las instalaciones, desinfección en ámbitos generales, prestando especial atención al agua y tratamientos de limpieza pertinentes.

El último periodo del 2014 ha sido crítico por el elevado número de brotes registrados, lo cual invita a la reflexión acerca de la normativa vigente y de la falta de rigor de los directivos a la hora de prevenir una bacteria letal. Según informes mundiales España es el tercer país de la Unión Europea con más registros de legionella. La necesidad de reducir estas tasas es inminente.